En el complejo panorama de la salud sexual y reproductiva, es crucial estar bien informado para tomar decisiones que protejan nuestra salud y autonomía. El primer episodio de la segunda temporada de Se Vale Preguntar, titulado “Clínicas de aborto falsas”, arroja luz sobre un tema preocupante y poco conocido: la proliferación de las llamadas clínicas de embarazo en crisis o “Crisis Pregnancy Centers” (CPC), que en realidad son clínicas de aborto falsas. Estos centros, que se presentan como servicios médicos legítimos, tienen como objetivo desinformar y manipular a las personas que buscan abortar, poniendo en riesgo su salud y bienestar.
¿Qué son las clínicas de aborto falsas?
Las clínicas de aborto falsas son instalaciones que se promocionan como clínicas médicas legítimas, pero que en realidad no ofrecen servicios de aborto. En Puerto Rico, existen solo cuatro clínicas de aborto licenciadas, mientras que tres de ellas son clínicas falsas. Estas clínicas se anuncian de manera engañosa, utilizando nombres y señales que sugieren que ofrecen abortos, lo que lleva a muchas personas a confundirlas con centros de salud reales.
Cuando una persona acude a una de estas clínicas, se encuentra con un entorno diseñado para parecer legítimo: personal que se viste como profesionales de la salud, la oferta de servicios “gratuitos” como pruebas de embarazo y sonogramas, y una atmósfera que imita la de una clínica auténtica. Sin embargo, una vez dentro, en lugar de recibir la atención médica solicitada, los pacientes son sometidos a desinformación y presiones para disuadirles de abortar, utilizando tácticas basadas en el miedo y la culpa.
Las tácticas utilizadas por las clínicas de aborto falsas
Estos centros emplean diversas tácticas para engañar y manipular a las personas que acuden en busca de un aborto. Algunas de las más comunes incluyen:
- Desinformación médica: Las clínicas falsas difunden información errónea sobre los efectos secundarios del aborto, como la infertilidad, la depresión o incluso el cáncer, todos estos mitos que carecen de respaldo científico.
- Uso de equipamiento médico anticuado: A menudo, se utilizan instrumentos y técnicas obsoletas, como curetas y modelos anatómicos que ya no se emplean en procedimientos actuales, con el objetivo de asustar a los pacientes.
- Manipulación emocional: Se muestran imágenes y videos gráficos e inexactos sobre el aborto, así como fetos en etapas avanzadas, para generar miedo y confusión.
- Servicios religiosos disfrazados de atención médica: Estos centros suelen estar financiados por organizaciones religiosas y promueven sus creencias a través de folletos y consejería, sin advertir a los pacientes de su verdadera naturaleza.
Las consecuencias de caer en la trampa
Las personas que acuden a estas clínicas falsas a menudo salen desinformadas, confundidas y emocionalmente afectadas. Además, la falta de diagnóstico adecuado puede poner en peligro su salud. Por ejemplo, la incapacidad de identificar un embarazo ectópico a tiempo puede tener consecuencias graves. Estas clínicas no están reguladas por el Departamento de Salud de Puerto Rico, lo que agrava aún más los riesgos, ya que no tienen que cumplir con las normativas de privacidad ni ofrecer un cuidado médico ético y basado en la evidencia.
Cómo identificar y evitar las clínicas de aborto falsas
Para proteger tu salud y tu autonomía, es fundamental estar alerta y saber cómo identificar estas clínicas falsas. Aquí algunos consejos:
- Pregunta directamente: Antes de hacer una cita, pregunta de manera clara si la clínica ofrece servicios de aborto. Si la respuesta es evasiva o poco clara, es una señal de alerta.
- Investiga antes de ir: Busca reseñas en línea y verifica si la clínica está reconocida por organizaciones de salud confiables.
- Confía en tu instinto: Si algo no parece correcto durante tu visita, no dudes en buscar una segunda opinión en una clínica licenciada.
Denunciar para proteger a otros
Si has tenido una experiencia negativa con una clínica falsa, una forma de ayudar a otros es dejar una reseña en plataformas como Google Maps. Esto puede servir como una advertencia para quienes estén buscando servicios similares. Además, las personas con plataformas públicas pueden desempeñar un papel crucial en la denuncia de estas prácticas para evitar que más personas caigan en la trampa.
La desinformación y la manipulación no deben tener cabida en la atención médica. Educarse y educar a otros es la mejor forma de combatir estas prácticas y proteger el derecho a tomar decisiones informadas sobre nuestra salud.