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Succión vs raspe: ¿cuál es la diferencia y por qué importa?

Aunque muchas personas usan el término “raspe” para referirse a los procedimientos quirúrgicos relacionados con el aborto o con la evacuación del útero, lo cierto es que esa palabra está ligada a una tecnología antigua y riesgosa: la cureta de metal.

En este episodio de Se Vale Preguntar, la Dra. Yarí Vale Moreno, ginecóloga, y Johana Karis, trabajadora social, explican con claridad y sin tabúes cuáles son las diferencias entre los tres métodos más comunes: el raspe con cureta de metal, la succión manual endouterina (MVA o AMEU) y la succión eléctrica (EVA). Escucha el episodio completo aquí

¿Qué es un raspe o legrado?

El legrado, conocido como “raspe”, fue por muchos años una de las únicas formas quirúrgicas de evacuar el útero. Consiste en dilatar el cuello uterino e introducir una cureta de metal filosa que raspa las paredes del útero para remover tejido.

Aunque en su momento fue una herramienta importante, hoy se sabe que este procedimiento puede dejar secuelas significativas, incluyendo perforaciones uterinas, infecciones y el síndrome de Asherman, que ocurre cuando se forma tejido cicatricial dentro del útero y puede causar infertilidad.

La succión endouterina puede ser manual (MVA o AMEU) o eléctrica (EVA). Ambos métodos utilizan una cureta de plástico flexible y segura, que permite remover el contenido uterino de forma controlada y con menos trauma.

¿Qué es la succión endouterina?

La succión endouterina puede ser manual (MVA o AMEU) o eléctrica (EVA). Ambos métodos utilizan una cureta de plástico flexible y segura, que permite remover el contenido uterino de forma controlada y con menos trauma.

  • MVA o AMEU: Es una técnica ambulatoria que no requiere electricidad, ideal para el primer trimestre del embarazo. No produce ruidos, es discreta y muy efectiva.
  • EVA: Utiliza una máquina eléctrica que genera succión. Aunque es más ruidosa, puede ser útil en embarazos un poco más avanzados (9-12 semanas) por ser más rápida.

Ambas alternativas son seguras, menos dolorosas y ampliamente recomendadas por la Organización Mundial de la Salud desde hace más de 20 años.

¿Por qué se sigue usando el raspe?

Una de las razones por las que muchos hospitales siguen utilizando el legrado con cureta de metal es porque no han actualizado sus protocolos ni adquirido el equipo necesario para métodos más seguros. En algunos casos, incluso se debe a intereses económicos: realizar el procedimiento en sala de operaciones permite facturar más, aunque sea innecesario.

También influye el estigma alrededor del aborto, que limita la formación médica en tecnologías modernas para el manejo de embarazos. Esto afecta la calidad del cuidado ginecológico que reciben las pacientes, incluso en casos que no tienen que ver con aborto, como sangrados uterinos anormales o restos de placenta.

Lo que no deberíamos seguir normalizando

Usar curetas de metal hoy día es como operar con bisturí oxidado: es una práctica obsoleta que ya no tiene justificación clínica. La evidencia científica es clara, y las alternativas más seguras existen, son accesibles y tienen múltiples beneficios para las pacientes.

Desde Darlington Medical Associates nos unimos al llamado de muchas voces feministas en Puerto Rico y América Latina que exigen un acceso a servicios ginecológicos actualizados, informados y respetuosos de los derechos y la dignidad de las personas que menstrúan y gestan.