Recurrir a un aborto para terminar con un embarazo no deseado es más común de lo que mucha gente quiere admitir. El tabú y los estigmas asociados a esta práctica impide que se hable abiertamente de ella. Muchas personas temen ser juzgadas por sus decisiones. Por eso, en Se Vale Preguntar, creamos la sección: Se Vale contar nuestras historias de aborto para romper con los estigmas y dar voz a las personas que quieren hablar sobre el tema.
Cada último martes de mes presentamos una historia de aborto en Se Vale Preguntar. Puedes escuchar la más reciente aquí:
La historia de Sofía es una de valentía, sorpresas y decisión. Aunque su nombre es ficticio para proteger su privacidad, la experiencia que comparte es muy real y refleja la importancia de hablar abiertamente sobre el aborto, desmitificarlo y entender que es una realidad que muchas personas atraviesan.
Sofía nos cuenta que, a pesar de que su pareja se había sometido a una vasectomía, se encontró en la situación inesperada de un embarazo. Ella y su pareja habían tomado todas las medidas para evitar la concepción: primero, Sofía utilizó un dispositivo intrauterino (IUD) durante siete años, y luego, tras la vasectomía de su pareja y su confirmación de que el conteo de espermatozoides era cero, decidió darle un respiro a su cuerpo y dejó de utilizar anticonceptivos. “Nunca pensé que podría pasar, pero pasó”, comparte Sofía, resaltando lo impredecibles que pueden ser los procesos biológicos.
La noticia del embarazo fue un shock para ella. Los síntomas estaban ahí: malestar estomacal, mucho sueño, dolor en los pezones, pero Sofía no los quiso reconocer. Incluso cuando sus amistades y su pareja le sugerían que podría estar embarazada, ella se negaba a considerarlo debido a la seguridad de la vasectomía. Fue una prueba de sangre, parte de un tratamiento dermatológico que estaba por comenzar, lo que le confirmó la noticia. “Estaba tan segura de que no estaba embarazada que ni siquiera fui a buscar los resultados por dos semanas”, cuenta Sofía.
El proceso de enterarse fue difícil, no solo por la sorpresa, sino también por el miedo a las posibles reacciones. “Me daba mucho miedo decirle a mi pareja porque pensé que no me iba a creer, que podría pensar que había estado con otra persona”, confiesa Sofía. Afortunadamente, su pareja la apoyó y regresó al médico para verificar su salud, lo que alivió parte de la carga emocional que Sofía llevaba.
Sofía tomó la decisión de abortar con pastillas a las siete semanas de embarazo. Esta decisión, aunque dolorosa en el aspecto físico, fue para ella la correcta. Sofía tuvo la fortuna de estar rodeada de personas que la apoyaron durante el proceso, y también contó con doulas de aborto que la acompañaron. “Lo hice en la comodidad de mi casa, rodeada de personas que quería, en un espacio cómodo, con mi perra, mis tés… Me preparé para lo que venía”, relata. Aunque hubo dolor, Sofía no se arrepiente y siente agradecimiento de haber podido hacerlo en un ambiente seguro y con el apoyo necesario.
Una de las razones por las que Sofía decidió compartir su historia fue para romper el estigma que existe en torno al aborto. A menudo se tiene la idea errónea de que quienes abortan son personas que no se cuidan o que viven de manera irresponsable. Sin embargo, la historia de Sofía demuestra que los métodos anticonceptivos, incluso la vasectomía, pueden fallar. “Quiero normalizar el aborto porque es algo más común de lo que pensamos”, afirma. “El estigma es lo que no nos permite hablar de esto, y aunque una esté acompañada y preparada, no es algo fácil”.
Sofía también desea que otras personas que se encuentran en una situación similar sepan que no están solas. Hay remedios, hay opciones y hay personas dispuestas a acompañar con respeto y sensibilidad. Compartir su historia es parte de su forma de contribuir a que otras personas no sientan la soledad o la culpa que muchas veces acompaña a esta decisión.
Para Sofía, hablar de su experiencia es un acto de liberación y un paso hacia la normalización del aborto. “Aún no me siento lo suficientemente cómoda para decírselo a mi familia, pero poco a poco quiero ir normalizándolo desde los espacios que me lo permiten, como este podcast tan bello”, concluye.
El relato de Sofía nos recuerda que el aborto es una decisión profundamente personal y que, aunque no siempre es fácil, contar con apoyo y rodearse de personas empáticas puede marcar una gran diferencia. En Darlington Medical Associates, queremos brindar un espacio seguro para compartir estas historias y que, a través de ellas, otras personas puedan encontrar información, apoyo y comprensión.
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