La endometriosis es mucho más que un simple dolor durante la regla. Se estima que en Puerto Rico un 7.5% de las personas con útero podrían padecerla. Aun así, un número significativo se diagnostica tarde, lo que complica el manejo de sus síntomas y el impacto emocional y social que conlleva.
En este episodio de Se Vale Preguntar, la trabajadora social Johana Karis conversa con la Dra. Yolianne Lozada, ginecóloga especialista en cirugía mínimamente invasiva, endometriosis y dolor pélvico, acompañadas también por la Dra. Yarí Vale. Conoce las causas, tratamientos y realidades de una condición que afecta la calidad de vida de miles de personas. Escucha el episodio completo aquí:
¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis ocurre cuando un tejido parecido al endometrio, en vez de ubicarse dentro de la cavidad uterina, crece en zonas donde no debería (por ejemplo, en ovarios, trompas de Falopio, vejiga o intestinos). Este crecimiento anómalo desencadena procesos inflamatorios que generan dolor y otros síntomas.
- Dolor pélvico intenso, con o sin menstruación.
- Molestias al orinar o evacuar.
- Relaciones sexuales dolorosas.
- Problemas de fertilidad.
Aunque el 10% de las mujeres en edad reproductiva la pueden padecer, su prevalencia se eleva en pacientes con dolor pélvico crónico, rozando hasta un 70%. A menudo, tarda años en diagnosticarse debido a la normalización del dolor menstrual y a la escasez de pruebas que la detecten sin requerir cirugía.
Signos de alerta: ¿cuándo buscar ayuda?
Muchas personas crecen pensando que el dolor menstrual es “normal”. Sin embargo, dolores constantes e incapacitantes son la primera señal de alerta. Otros indicadores incluyen:
- Ausencias escolares o laborales debido a dolor intenso.
- Visitas frecuentes a la sala de emergencia por cólicos menstruales.
- Dolor que no mejora con analgésicos de venta libre.
- Problemas de fertilidad sin otra causa aparente.
Si experimentas alguno de estos síntomas y estos impactan tu rutina, busca apoyo profesional. Como explica la Dra. Lozada, un diagnóstico temprano mejora en gran medida la eficacia de los tratamientos.

Métodos de diagnóstico y tratamientos
El diagnóstico de endometriosis puede incluir:
- Historial clínico y examen físico: Escuchar atentamente la historia de la paciente y realizar un examen pélvico detallado.
- Estudios de imagen: Sonografías especializadas y resonancias magnéticas (MRI) ayudan a detectar quistes llamados “endometriomas” o adherencias.
- Laparoscopía: Es el “gold standard” para confirmar endometriosis. Mediante pequeñas incisiones, se introduce una cámara para observar la pelvis y extirpar implantes endometriósicos (limpieza de tejido).
Opciones de tratamiento
- Manejo médico
- Anticonceptivos hormonales (píldoras, dispositivos intrauterinos, inyecciones).
- Analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor.
- Medicamentos hormonales específicos para endometriosis (conocidos como supresores menstruales), aunque algunos no están cubiertos por los planes médicos.
- Cirugía mínimamente invasiva (laparoscopía o robótica)
- Cirugía conservadora: se extirpan o “limpian” las lesiones, preservando órganos como útero y ovarios.
- Cirugía radical: extracción de útero y/o ovarios en casos graves, aunque no elimina el riesgo de recurrencia al 100%.
Adicionalmente, el tratamiento integral suele requerir:
- Fisioterapia de piso pélvico.
- Apoyo emocional y terapia psicológica o psiquiátrica.
- Nutrición, manejo de estrés y cambios en el estilo de vida.
Impacto en la calidad de vida
El dolor continuo puede afectar la salud mental, la vida en pareja (especialmente si hay dolor sexual) y hasta la productividad laboral. Muchas pacientes ven afectada su fertilidad, lo que añade presión emocional y financiera, especialmente si se requieren tratamientos de reproducción asistida. Además, la falta de especialistas en endometriosis y la escasa cobertura de planes médicos agravan el panorama.
Recordatorio clave: la endometriosis es crónica. Aunque la menopausia o las cirugías pueden reducir los síntomas, nunca se elimina completamente el riesgo de que reaparezca. Un enfoque multidisciplinario es esencial para atender tanto la parte física como la psicológica.
¡Busca ayuda y no minimices tu dolor!
Si consideras que tus dolores menstruales exceden lo “normal” o te generan limitaciones constantes, lo más importante es hablar con tu profesional de la salud. Comparte un registro de tu dolor (frecuencia, intensidad, factores desencadenantes) y solicita evaluación especializada. Persistir hasta encontrar un equipo médico empático y actualizado puede ser la clave para mejorar tu bienestar.