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Consentimiento: una práctica diaria para cuidar tu cuerpo y tus decisiones

El consentimiento es un derecho, una herramienta de protección y una práctica diaria. No es simplemente decir “sí” o “no” en una relación íntima. El consentimiento es una forma de ejercer tu autonomía corporal en todos los espacios de tu vida: en la cama, en la consulta médica y en la toma de decisiones sobre tu cuerpo.

La Dra. Yarí Vale y la trabajadora social Johana Karis abundaron sobre este tema en el episodio 44 de Se Vale Preguntar. Escúchalo completo aquí:

¿Qué es el consentimiento sexual?

El consentimiento sexual es un acuerdo libre, informado, específico, reversible y entusiasta que se da entre personas que desean participar en una interacción íntima. No se trata de una vez y ya. Se da en cada momento, en cada paso, y puede retirarse en cualquier instante. Involucra tanto lenguaje verbal como no verbal, siempre y cuando no haya ambigüedad.

Es importante entender que, aunque hayas accedido una vez, eso no significa consentimiento para futuras ocasiones. También es necesario reconocer que estar bajo el efecto de drogas o alcohol anula tu capacidad de consentir.

Ejemplos claros de violaciones al consentimiento

  • Tener sexo sin protección cuando se había acordado usar condón.
  • Insistir o presionar para quitarse el dispositivo intrauterino.
  • Continuar un acto íntimo después de que la otra persona ha mostrado incomodidad o ha dicho que no.
  • Usar drogas o alcohol para aprovecharse de alguien.

Estas son formas de violencia sexual y deben ser nombradas como tal, incluso cuando ocurren en relaciones estables o con personas de confianza.

Consentimiento en servicios de salud

El consentimiento también es esencial en el contexto médico. Desde hacer un examen físico hasta un procedimiento ginecológico o un servicio de aborto, toda intervención debe hacerse con consentimiento libre, informado y respetuoso.

Eso incluye explicar claramente lo que se va a hacer, permitir preguntas, detenerse si la persona así lo solicita y respetar los límites de cada paciente, incluyendo personas adolescentes, trans o en situación de vulnerabilidad. La autonomía corporal también se respeta en la camilla.

Cómo comunicar tu consentimiento (o tu rechazo)

  • Sé clara con lo que quieres y lo que no.
  • Reafirma tus límites si cambias de opinión.
  • Haz preguntas si tienes dudas sobre lo que ocurrirá.
  • Observa cómo responde la otra persona ante tus límites: ¿los respeta o intenta minimizarlos?

Tú no tienes que justificar por qué no quieres algo. No necesitas decir más que “no”. Y si alguien cruza ese límite, tienes derecho a detenerte, alejarte y buscar ayuda.

El consentimiento sexual es un acuerdo libre, informado, específico, reversible y entusiasta que se da entre personas que desean participar en una interacción íntima.

¿Qué hacer si no han respetado tu consentimiento?

Es posible que hayas vivido situaciones donde no se respetó tu decisión. Eso no es tu culpa. Algunas acciones que puedes considerar son:

  • Terminar una relación o poner límites claros.
  • Buscar acompañamiento psicológico.
  • Acceder a servicios de apoyo o denunciar, si así lo deseas.

Hay recursos y personas disponibles para acompañarte. La violencia sexual y las transgresiones al consentimiento no deben ser normalizadas.

Una reflexión final

El consentimiento es esencial para una vida sexual y emocional plena. No es un obstáculo: es una forma de cuidado y respeto. Si te cuesta ponerlo en práctica, no estás sola. Estamos aprendiendo juntas. Pero recuerda siempre: tu cuerpo es tuyo, y Se Vale decir que no.

Si quieres conocer más sobre este tema, escucha el episodio 44 del podcast Se Vale Preguntar. Y si tienes preguntas, escríbenos por Instagram a @darlingtonmedical.