Introducción
Durante mucho tiempo se ha normalizado la idea de que los procedimientos ginecológicos “deben doler”. Inserciones de dispositivos intrauterinos (DIU), colposcopías, biopsias de endometrio o histeroscopías suelen realizarse sin anestesia ni preparación adecuada, generando experiencias traumáticas que llevan a muchas pacientes a evitar consultas futuras.
Pero la evidencia médica es clara: el dolor no tiene por qué ser parte inevitable de la ginecología. Hoy en día existen guías clínicas, opciones farmacológicas y estrategias no farmacológicas que hacen posible procedimientos más humanos y llevaderos.
¿Por qué se ha minimizado el dolor ginecológico?
Históricamente, el dolor de las mujeres y personas con útero ha sido subestimado en la práctica médica. Algunos mitos frecuentes son:
- “Si aguantaste un parto, puedes tolerar cualquier cosa”.
- “El dolor menstrual es parecido, así que no importa tanto”.
- “El procedimiento es corto, el dolor pasará rápido”.
Estas ideas ignoran que el dolor ginecológico no solo es físico, sino también psicológico: puede vivirse como una invasión y dejar secuelas emocionales, incluso llevando a evitar futuros controles de salud.
Procedimientos que suelen causar más dolor
Entre los más reportados por pacientes se encuentran:
- Inserción y extracción de DIU.
- Colposcopías con biopsia.
- Biopsias de endometrio, especialmente en personas posmenopáusicas.
- Histeroscopías y histerosalpingografías.
- Procedimientos como el LEEP (biopsia de cono).
Sin un manejo adecuado, estas intervenciones pueden convertirse en experiencias traumáticas.
Opciones de manejo del dolor
1. Estrategias farmacológicas
- Anestesia local: lidocaína inyectada en el cuello uterino, recomendada en inserciones y remociones de DIU, biopsias de endometrio y aspiraciones uterinas.
- Anestesia tópica: lidocaína en gel o spray.
- Medicamentos orales: antiinflamatorios (ibuprofeno) o analgésicos más potentes cuando es necesario.
- Ansiolíticos o sedación ligera: útiles en pacientes con ansiedad, experiencias traumáticas previas o discapacidades.
2. Estrategias no farmacológicas
- Técnicas de respiración y acompañamiento durante el procedimiento.
- Uso de compresas o almohadas térmicas para aliviar el dolor tipo cólico.
- Comunicación clara y detallada sobre cada paso del procedimiento para reducir la ansiedad.
- Apoyo emocional y acompañamiento por parte del equipo clínico.
La importancia de la comunicación
Explicar a las pacientes qué sentirán y en qué consiste cada paso del procedimiento reduce la ansiedad y, con ella, la percepción del dolor. La honestidad y el consentimiento informado son fundamentales para que las pacientes se sientan en control y seguras.

Un derecho, no un privilegio
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) recomienda el uso de anestesia local en inserciones de DIU y otras intervenciones. En Darlington Medical Associates vamos más allá: ofrecemos múltiples alternativas para que cada paciente tenga una experiencia digna y sin dolor innecesario.
El manejo del dolor no es un lujo: es un derecho que todas las personas deben exigir en su atención ginecológica.
Conclusión
Los procedimientos ginecológicos no deberían ser sinónimo de sufrimiento. Con las técnicas y medicamentos adecuados, es posible transformar experiencias que históricamente han sido dolorosas en procesos llevaderos y respetuosos.
En Darlington Medical Associates nos comprometemos a ofrecer un manejo del dolor basado en evidencia y centrado en el bienestar de cada paciente. Porque cuidar tu salud también significa respetar tu comodidad y tu dignidad.